lunes, 10 de febrero de 2014

¿Y si tú me miras?


Sé que si lo miro, probablemente pueda ser víctima del diluvio prematuro que hay en sus ojos. Todas las noches saldrán las escamas de mi sangre para intentar despeñarse entre sus costas.

Sé que si lo miro, volveré a sentir soles en la punta de los pies; y caerán un par de astillas congeladas en los hombros,  que gritarán sobre sí mismas su silencio. Su silencio.

Sé que si lo miro, los nervios de mi cuerpo cuajarán hasta tomar la consistencia de un te extraño, y ya sólido todo, será duro y tenebroso camino hacia el olvido.

Sé, perfectamente, irreductiblemente, socarronamente, que si hoy lo veo, quedará sobre la pausa una huella, y hasta un nuevo órgano podría surgir únicamente en honor a su recuerdo. 

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